El árbol de la vida es una idea que se repite en casi todas las culturas y las religiones. Es el árbol de donde se desprende el conocimiento y fluye un líquido maravilloso.
¿Cómo no inspirarnos en esa gran tradición para recorrer Venezuela buscando incansablemente algunas cepas de cacao que se pensaban extinguidas, como algunas variedades de los míticos Guasare y Porcelana?
Compartir la alegría de encontrarlos en lugares casi inaccesibles y plantaciones abandonadas y preservarlas y cultivarlas amorosamente en nuestra hacienda, nos hacen ser los primeros en poder hacer los primeros chocolates tree to bar.